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Teresa Durán propone cincuenta cuentos "para entendernos mejor"

La cuentista presenta su antología de narraciones tradicionales en un tomo que cuenta con ilustraciones de Marion Arbona y que ha sido publicado por Editorial Edelvives

Teresa Durán propone cincuenta cuentos "para entendernos mejor"
Teresa Durán propone cincuenta cuentos "para entendernos mejor"

MADRID.- Hablar de Teresa Durán es hablar de una de las "cuentistas" más importantes de nuestro país, una mujer sabia y entrañable que nos propone 50 cuentos para entendernos mejor, una recopilación de historias donde conocer a través de príncipes, lobos, reyes y princesas cinco tipos de relaciones humanas.

"A veces olvidamos de dónde venimos, la literatura, antes incluso de la escritura, antes de las pinturas de Altamira, la gente quería historias, contaba historias", con esta reflexión arranca Durán (Barcelona, 1949) esta entrevista con Efe en la que nos confiesa entre risas que ahora es una suerte de "Cenicienta" porque se dedica en cuerpo y alma a cuidar de su madre, que está en plenas celebraciones de sus 104 años.

Pero Durán, sacando ese genio de las princesas, porque también lo tienen, tiene tiempo para hablarnos de 50 cuentos para entendernos mejor. Antología de cuentos tradicionales, una obra ilustrada por Marion Arbona y publicada por la editorial Edelvives.

Por eso la divulgadora catalana afirma que se trata de un "trabajo de equipo" en el que ha contado tanto la editora del libro como Nacho, el corrector que se ha encargado de pulir las "catalanadas" de Durán, porque, según explica entre risas, en catalán lo ponen "todo con adverbios y en el castellano hay más adjetivos".

Cuestiones editoriales aparte, en este libro Durán ha querido incluir un poco de todo teniendo en cuenta su experiencia como contadora de cuentos, así que aquí tanto niños como adultos encontrarán relatos conocidos como Ricitos de oro y los tres osos o La bella durmiente y otros menos reconocidos por el gran público como Las cosechas del diablo o El gusano y los animales salvajes.

"Había que encontrar la proporción -explica-, unos cuantos conocidos, otros que fueran de las cuatro esquinas del mundo, otros de autor. Yo tenía muchas ganas de que el libro reflejara cómo los cuentos han impregnado el lenguaje coloquial, pero no se sabe de dónde vienen, como pasa con El cuento de la lechera, de Samaniego".

Pero si hay algo que hace especial esta obra de casi 400 páginas es su índice, que nos indica cinco grupos en los que se colocan estas 50 narraciones: Relaciones entre fuertes y débiles, relaciones entre lo que está bien y lo que está mal, relaciones afectivas, relaciones causa y consecuencia y relaciones picarescas, absurdas o ingeniosas.

Y no solo eso, sino que Durán ha incluido también el "programa de excell" que usó con su editora para identificar a personajes, relaciones o procedencia del cuento.

"Yo nunca había visto un índice así, de cada cuento te dice el tipo de relación, personajes que salen, el tiempo en leerlo. De esta forma puedes elegir el cuento según tus preferencias o el momento en el que estás cuando cojas el libro. Mi madre, como ve poco -añade-, antes de cenar me pide a veces uno que sea de humor, pero que sea cortito".

Tan breve, prosigue Durán, como para que se lo pueda leer "mientras cuecen las patatas". "Llevamos como 15 días con este ritual. Es una venganza, porque cuando era pequeña ella me contaba a mí muchos cuentos", reconoce.

Según dice esta experta cuentista, ahora, "por ser modernoides, nos estamos pasando de la raya", es decir, que cuando en un cuento hay reyes, reinas, princesas en apuros y dragones malvados, se trata de técnicas narrativas "superlativas" con el único objetivo de hacer llegar el mensaje.

"El más superlativo es el rey, la virtud es la princesa, no es que sea una cursi, es que encarna todo lo que hay de real en nuestro espíritu, y el dragón es el bruto. Y claro que los príncipes matan a los dragones. Estos personajes encarnan los ideales universales, que son todos los mismos a lo largo de la historia: el afecto, el amor o el cariño", expresa.

En cuanto a sus historias favoritas incluidas en el libro, Durán destaca Los colores de los pájaros, de una maestra de escuela en Burgos durante la República.

Aunque Durán también apunta lo que sucedió con uno de los cuentos que iba a incluirse pero que, finalmente, se desechó.

"Quería poner La ratita presumida, pero en la versión balear, porque ahí la ratita y el gato se hacen su casa en una col y el gato, que es muy goloso, se da un atracón de col y la noche de bodas le coge una diarrea".

Pues bien, como prosigue contando, en esta versión la ratita al día siguiente va a lavar las sábanas de col al río y al lavarlas el río se lleva a la ratita. El gato va a buscarla y se lanza al agua, "lo que tiene mérito", apunta Durán, pero el felino coge a la ratita por el cuello, la araña y nota que su sangre es más dulce que la col.

Un final "cruel" que, aunque está escrito "con la mejor de las intenciones", fue mejor no poner.