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CerrarMaribel, madre de Renata, quiere que su hija sea alguien importante en la vida.
A Marcos le da miedo el perro de su amiga Carlota y siempre se inventa una excusa cada vez que ella le invita a su casa. Hasta que, por fin, se decide. Los demás amigos lo pasan muy bien jugando con el perro, pero Marcos sigue sin querer acercarse.
Los niños y las niñas que aparecen en este libro hablan con la lluvia. Juegan con amigos imaginarios, se enfadan con su sombra, andan boca abajo, viajan alrededor del mundo, defienden a su muñeca, enseñan a leer a un gato o cuentan las olas.
La vida de Miguel cambia por completo cuando él y su familia se van a vivir al pueblo para cuidar a su abuela, que está muy enferma. En Navalaencina del Rey, donde hay una gran sequía, él y sus amigos pasan el rato en el desván de la casa.
«En aquel jardín había dos árboles. Uno y dos». «Margarita tenía un estuche muy chulo». «Era de noche y en el cielo no se veía ni una nube». «Aquel día era muy especial: era el cumpleaños de Martina». Así hasta casi un millón de historias: disparatadas, divertidas, alegres o melancólicas.
Tres ojos misteriosos esperan en el valle del Silencio. Un palacio deshabitado durante mucho tiempo va a abrir sus puertas de nuevo. Se prepara una noche inolvidable.
Ha llegado la lluvia de mariposas. Es la señal para que el gigantón Xia Tenzin abandone su pueblo, en las montañas del Tíbet. Desde allí no se ve el mar, ni puede olerse. Y él ha decidido que tiene que verlo.
Una vaca a bordo de un barco. Unos viajeros guardando una fila rigurosa para tomarse un vasito de su leche.
Goldy es un pequeño y soberbio geco que vive en una isla paradisíaca. Se cree el rey de la isla y sueña con convertirse en una estrella. Actúa todo el día, desde el amanecer hasta la medianoche, sin ningún respeto por los demás.
Tomás es un niño que vivía en una caja de zapatos. Allí se aburría un poco pero, por otro lado, se sentía muy seguro. Sin embargo, un día encontró un lápiz, dibujó un puerta y salió a ver el mundo. Luego dibujó una mariposa, una flor...
Mientras sus ministros le visten, el Pequeño Príncipe mira en un gran espejo lo que ocurre en su reino; hay cosas que no le gustan. Por eso, imagina soluciones a esos problemas y promete arreglarlos cuando sea mayor.
Cuando Teo se cae con los patines, todos sus planes se van al garete. Ya no puede jugar al fútbol, ni acudir a la fiesta de cumpleaños de su amiga Mila... Se pone de un humor de rinoceronte malhumorado y piensa que sólo a él le pasa.