Libros y cuentos infantiles
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CerrarCoco Chanel fue una mujer emprendedora y polifacética que logró hacerse con un lugar privilegiado en la sociedad francesa de comienzos del siglo XX.
Sam no abandona el sueño de convertirse en un noble caballero pero para conseguirlo debe superar seis pruebas. Esta vez, Sam tiene que derrotar a un terrible enemigo, pero hoy la nieve lo cubre todo y Sam y Prune están atrapados en el interior del castillo.
Ha llegado un marciano a la casa de Lucio, y parece que ha venido para quedarse. Al menos, eso le han dicho.
Este libro tiene un narrador muy mandón que da a los pequeños lectores una única instrucción: tienen que contar hasta uno. Pero solo hasta uno, ¡nada más!
Este sorprendente libro carrusel de gran formato cuenta la fantástica historia de Ariel y Luna. Estos dos unicornios, a pesar de ser encerrados en un castillo, utilizan sus poderes mágicos para ayudar a los habitantes del pueblo.
La madre de Miguel y Mercedes desapareció en el mar y nunca la encontraron. Con siete y nueve años, deberían imaginarse la vida como un helado inabarcable al que apenas han acercado la lengua.
Este precioso álbum ilustrado cuenta el emocionante relato del ratoncito Winston. La peculiaridad es que está narrado en 24 capítulos y medio. ¡Una historia perfecta para leer un capítulo al día, como si fuera un calendario de Adviento!
¿Te imaginas viviendo en el siglo XIX? Miranda relata la historia de Concepción Arenal, defensora de los pobres, de los derechos de las mujeres y de los derechos de las presas. Estudió Derecho cuando las mujeres no podían ni entrar en la universidad, difundió sus ideas por todo el mundo gracias a
Crea recuerdos entrañables con los más pequeños mientras buscáis ingredientes, cocináis y compartís este libro.
Daniel vive con su abuela. Un día encuentra en casa un extraño gato y descubre que su abuela está siguiendo un curso de hada por correspondencia. El gato es en realidad el cobrador de la luz, convertido en animal por ella.
El gato quiere mucho a su amigo el pez y no para de decírselo, pero el pez parece un poco reticente a contestar. «Yo te quiero. ¿Y tú a mí…?».